Silvio Rodriguez. Dias y Flores. Mayor. Zeneszám
A la memoria del Mayor General
Ignacio Agramonte y Loynaz,
en el centenario de su caida en
combate en la sabana de Jimaguayu,
el 12 de mayo de 1873.
El hombre se hizo siempre
de todo material:
de villas senoriales
o barrio marginal.
Toda epoca fue pieza
de un rompecabezas
para subir la cuesta
del gran reino animal,
con una mano negra
y otra blanca mortal.
Mortales ingredientes
armaron al Mayor:
luz de terratenientes
y de Revolucion:
destreza de la esgrima,
sucesos como un preso,
Amalia abandonada
por la bala,
la verguenza, el amor;
o un fusilamiento,
un viejo cuento
modelaron su adios.
Va cabalgando
El Mayor con su herida,
y mientras mas mortal el tajo,
es mas de vida.
Va cabalgando
sobre una palma escrita,
y a la distancia de cien anos
resucita.
Trota sobre la espuma,
seguido por un mar
de negros en machete
y sin encadenar.
Ordena a su corneta
el toque de a deguello,
y a un siglo de distancia
entona nuestra cancion
y con recia garganta
canta, espanta
lejos la maldicion.
Va cabalgando
El Mayor con su herida,
y mientras mas mortal el tajo,
es mas de vida.
Va cabalgando
sobre una palma escrita,
y a la distancia de cien anos
resucita.
Ignacio Agramonte y Loynaz,
en el centenario de su caida en
combate en la sabana de Jimaguayu,
el 12 de mayo de 1873.
El hombre se hizo siempre
de todo material:
de villas senoriales
o barrio marginal.
Toda epoca fue pieza
de un rompecabezas
para subir la cuesta
del gran reino animal,
con una mano negra
y otra blanca mortal.
Mortales ingredientes
armaron al Mayor:
luz de terratenientes
y de Revolucion:
destreza de la esgrima,
sucesos como un preso,
Amalia abandonada
por la bala,
la verguenza, el amor;
o un fusilamiento,
un viejo cuento
modelaron su adios.
Va cabalgando
El Mayor con su herida,
y mientras mas mortal el tajo,
es mas de vida.
Va cabalgando
sobre una palma escrita,
y a la distancia de cien anos
resucita.
Trota sobre la espuma,
seguido por un mar
de negros en machete
y sin encadenar.
Ordena a su corneta
el toque de a deguello,
y a un siglo de distancia
entona nuestra cancion
y con recia garganta
canta, espanta
lejos la maldicion.
Va cabalgando
El Mayor con su herida,
y mientras mas mortal el tajo,
es mas de vida.
Va cabalgando
sobre una palma escrita,
y a la distancia de cien anos
resucita.
Dias y Flores
Silvio Rodriguez
Kedvencek
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