Silvio Rodriguez. Triptico V.3. Leyenda. Zeneszám
Al amanecer
algunos ojos ya eran de la oscuridad
y huyeron hacia las tiniebas del ayer
con un punado de semillas por sembrar
con un punado de promesas por crecer
y amar
Pero salio el sol
y se elevo sobre la tierra siempre mas
secando el frio nocturnal dando calor
regocijando al mundo con su prodigar
irguiendo al viento un poderoso corazon
de amar
Y su luz subio
saltando las montanas traspasando el mar
regando el mundo con su calida verdad
su calida razon
esparciendo la claridad
como una estacion
Era bello el sol
que se elevaba sobre el mundo siempre mas
con su destierro de nevadas su cancion
su semillero en jubiloso despertar
erguido al viento el poderoso corazon
de amar
Y su luz llego
al reino oscuro a las torres del ayer
y la cimiente arrebatada de su amor
sintiose renacer
al contacto de su calor
y de su quehacer
Luego al final
a la hora en que se suponia atardecer
sintieron que la luz quedo en su respirar
como una sangre de la atmosfera un poder
un pacto eterno con la claridad solar
con sed.
algunos ojos ya eran de la oscuridad
y huyeron hacia las tiniebas del ayer
con un punado de semillas por sembrar
con un punado de promesas por crecer
y amar
Pero salio el sol
y se elevo sobre la tierra siempre mas
secando el frio nocturnal dando calor
regocijando al mundo con su prodigar
irguiendo al viento un poderoso corazon
de amar
Y su luz subio
saltando las montanas traspasando el mar
regando el mundo con su calida verdad
su calida razon
esparciendo la claridad
como una estacion
Era bello el sol
que se elevaba sobre el mundo siempre mas
con su destierro de nevadas su cancion
su semillero en jubiloso despertar
erguido al viento el poderoso corazon
de amar
Y su luz llego
al reino oscuro a las torres del ayer
y la cimiente arrebatada de su amor
sintiose renacer
al contacto de su calor
y de su quehacer
Luego al final
a la hora en que se suponia atardecer
sintieron que la luz quedo en su respirar
como una sangre de la atmosfera un poder
un pacto eterno con la claridad solar
con sed.
Triptico V.3
Silvio Rodriguez
Kedvencek